Tren con destino UNIREDE (tarta de queso sin horno)

Tren con destino UNIREDE (tarta de queso sin horno)

No sé si decir que ya o todavía, pero lo cierto es que ha pasado un año desde que se celebró en Santiago (con éxito y repercusión) el primer Foro Unirede. Este Vagón, último del tren Expreso, no se pasó en aquel caso por allí por motivos de agenda (quizá estuviésemos de viaje o a lo mejor regando las plantas de la redacción, no lo recuerdo). Aquello nos dejó curiosidad por el evento y una nota en la nevera haciendo de llamativo recordatorio para el de este año.

Además, la organización ha tenido a bien reservarme posición de privilegio en la mesa -redonda- de Turismo y Gastronomía donde expondrán su experiencia ponentes de la talla de Fran (Rodeiramar), Rubén (Ni mata ni engorda), Marcos o Kike de Sabor a Vida, los compañeros de Lugotea o de la DO San Simón da Costa, que pasa por ser uno de mis quesos preferidos.

Y aquí me encuentro, dispuesto a preparar una palabras también yo para justificar mi asiento y contar de primera mano (o de la que pueda) la experiencia de este Expreso que nunca se detiene con el Social Media, su hábitat natural.

Y en un ejercicio rutinario de procrastinación (nunca pensé que conseguiría colocar esta palabra en una entrada), en vez de ordenar las notas me dedico a cocinar unas estupendas minitartas de queso a partir de una receta sencilla que llevamos haciendo en casa desde los tiempos de estudiante en que las recetas se conseguían en hojas manuscritas de cuadernos y se guardaban como tesoros en el segundo cajón de la cocina.

Tarta de queso sin horno

1 paquete (200 gr) de queso tipo Filadelfia

500 gramos de nata.

1 sobre de cuajada Royal (u otra marca)

1 vaso de azúcar

2 vaso de leche

Caramelo

Galletas

 

Poner al fuego -bajo- una olla con la nata, el queso y el azúcar. Añadir la cuajada disuelta en leche (ni fría ni caliente -lo que viene siendo templada-) y remover hasta que empiece a burbujear.

Apagar el fuego y rellenar con la mezcla moldes previamente caramelizados. Se puede hacer en envases de magdalena de silicona para raciones individuales o en un envase grande.

Cubrir con galletas. Dejar enfriar tapado con papel de cocina a temperatura ambiente y cuando esté templado meter en el frigorífico. Una noche le sienta estupendamente.

Se puede meter en el congelador un par de horas antes de consumir para que esté bien fría.

Desmoldar justo antes de consumir.

Espero que nos veamos en Santiago el sábado.

 

Submitted by Maritxu Vie, 26/10/2012 - 21:31

Ay, qué más quisiera yo que estar en Santiago el sábado y toda la vida..!
Bueno, habrá que conformarse con lo que nos cuentes tú, anda que vaya suerte tienen algunos..!
Mira, la primera tarta de queso que veo sin mermelada de frutas rojas, no está mal variar, qué recuerdos nos traen esas recetas de los años mozos, ay, juventud, divino tesoro; "y cómo pasa el tiempo... que de pronto son años... sin pasar tú por mí detenida...te doy una canción..", que diría Silvio; hala, hoy me voy así de cantarina porque quien canta sus males espanta, jajá, aguur!

Submitted by Maritxu Sáb, 27/10/2012 - 11:25

En respuesta a por Manuel Bustabad

Qué casualidad!
A ver si coincidimos en alguna más: Hummingbird, de Wilco; Bangladesh, de George Harrison; If it be your will, de Leonard Cohen y para no alargarme mucho, mi favorita del último disco de mi queridísimo Ariel Rot, Cuando no esperaba nada. Qué sería de nosotros sin la música, ¿eh? Biquiños!