Una tarde en Zaragoza (ensalada de tomate y menta en La Republicana)

Una de las escenas que más me impresionaros y engancharon a la ópera cuando empecé a conocerla, más allá de las arias de la Callas (uno es un mitómano, pero eso ya lo sabe usted, lector de este blog), fue este duo de Il Trovatore (Verdi).

Casi toda la acción de esta obra, basada en un drama del escritor Antonio García Gutiérrez, se desarrolla en la torre más emblemática, de planta rectangular, del palacio de la Aljafería (Zaragoza).

Encuentros con Sabor a Vida

‘Has hecho una buena elección con ese libro’, me dijo un desconocido, sonriendo, mientras entrábamos ambos casi a la vez por la estrechísima puerta de la oficina de turismo de Coruña. Minutos antes, mientras yo iba y venía impaciente por la playa esperando la hora convenida para comenzar el recorrido como jurado del concurso de Tapas de A Coruña PICADILLO, había recibido la llamada que llevaba esperando dos días: el mensajero dejaba en mis manos  -apartándose de su ruta para acercármelo amablemente-  el libro Sabor a Vida.

El valor de una mejora (guisantes con jamón)

Llegas al hotel cansado, más tarde de lo previsto, y al abrir la puerta de la habitación encuentras una caja de bombones encima de la mesa y una cesta con fruta. Tus penas se desvanecen inmediatamente y una sonrisa ilumina tu cara.

Te bajas del taxi que te lleva al aeropuerto con la resignación del que va a estar doce horas encajonado entre dos asientos de clase turista, cuando al facturar tu equipaje compruebas que te han asignado embarque preferente y asiento en la fila dos. Allí te reciben con una copa de champán. Será tu mejor vuelo, sin duda.

Un alto en el camino (Melindres de Melide)

Todos los años por estas fechas, cuando los rayos del sol se van haciendo sitio -muy de vez en cuando- entre las lluvias que convierten a Galicia en lo que es, comienza un verdadero carrusel de fiestas gastronómicas por todos los rincones del país.

Desde ahora hasta bien entrado el otoño, pero especialmente durante el verano, el mapa de esta tierra se llenará de chinchetas indicando dónde homenajear a la empanada, dónde al percebe o a la nécora, a la lamprea, al pan de Carral o al de Cea o a los vinos, muchos, buenos y diversos, que se producen en pequeñas huertas de toda la geografía.

Sabor a vida (y otros libros)

Tras semanas esperando, el lunes 23 se presenta en el Hostal dos Reis Católicos el Libro Sabor a Vida, recetario de cocina gallega cuyos beneficios –íntegros- irán destinado a la lucha contra el cáncer.

El volumen está promovido por Francisco Piñeiro Vázquez (Premio Nacional de Gastronomía) y constará de 20 recetas basadas en la cocina tradicional gallega y personalizadas por jóvenes profesionales de la cocina del país, como Marcos Domínguez (Parador de Vilalba) o Eloy Cancela (Garum Bistró de Santiago) entre otros.

Con una tirada inicial de 2.000 ejemplares, se venderá a través de la web saboravida.es, actualmente en construcción.

Un paseo en bicicleta

Perros sacando a pasear a sus dueños en el ocaso del día. Corredores, andadores y deportistas. Cincuentones en crisis, treintañeros con sobrepeso. Señores y señoras. Más perros. Caminantes.

Una bicicleta y una cámara de fotos. Una fuente, una torre. No cualquiera, la de Hércules. Coruña.

 

Paddy`s day

Aún sin tiempo a editar las fotografías -léase buscar alguna decente entre los cientos y cientos de disparos- no me resisto a subir a este Vagón de Cola, auténtico blog de culto, dos de ellas.

La primera resume perfectamente el espíritu que reina las calles de Dublin la mañana del día de San Patricio: una marea de ilusión verde, representada en la cara de un niño.

En la segunda, San Patricio -con gestos de Robert de Niro, según apuntó con acierto Rafa Pérez (compañero de lujo junto a Miguel Páez en esta pequeña aventura)- y el que aquí escribe esto.

Tren a San Patricio (bocadillo de cecina y queso de oveja)

 

Es bastante literal el título de hoy. Pese a que la imagen que encabeza esta entrada evoque un viaje en barco, lo cierto es que esta travesía a la capital de la vieja Eire comenzó en ese interminable trayecto que une Galicia con el resto del mundo por la vía ancha.

Ya quisiera yo bordear el rebelde Cantábrico en un velero hasta llegar a las islas aquellas, y por el camino poder echar la vista atrás y divisar –es un decir, claro- la costa gallega tal y como está reflejada  en el Atlas de Pedro Texeira (el original cuya réplica fotografié data del 1634).