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Viaje a Ourense (Tarta de castañas y toffee)

Si no conoces Ourense es muy probable que te sorprenda cuando vayas. Como ocurre con frecuencia en España, fue construida de espaldas a los dos ríos sobre los que se asienta, convirtiendo sus riberas en escombreras y descuidando los recursos que de ellos se podían obtener. Sin embargo, en los últimos años (unos veinte, quizá) se ha dado un vuelco a esta situación. Se han pintado y arreglado fachadas, se han limpiado los caminos que recorren sus orillas y se han acondicionado para convertir esos paseos en el pulmón verde de la ciudad.

Además, se han desarrollado los recursos termales, riqueza desaprovechada durante años, pero que actualmente está disponible y accesible para todo ciudadano que desee darse un baño en sus charcas: o Muiño, Outariz o a Chavasqueria son ejemplos de esta variada oferta. Los que leéis Expreso -todos, ¿no?- estáis al tanto de ello gracias a las noticias de Termatalia y las de Ourense en general. Os recomiendo que vayáis.

Pero además Ourense es lugar privilegiado también gastronómicamente hablando. Y en el otoño lo caracteriza a esta tierra es la castaña. Desde las tradiciones populares -los magostos- hasta la elaboración industrial del Marrón Glacé o el puré de Castañas por empresas locales este fruto del otoño ha estado siempre presente en los lares de la provincia.

El caso es que, cuando me vi en la necesidad de hacer una tarta el domingo pasado tuve clara la elección. En mi casa (mi madre) siempre se han hecho dos o tres tartas distintas de este fruto, todas colosales. Pero como no conseguí la receta a tiempo (por no planificarme con antelación) me vi obligado a improvisar. Así, surgió esta tarta de castaña y toffee. He copiado un par de detalles de algún blog gastronómico (la decoración final, a años luz pero inspirada en la de @SandeeA y su tarta de queso y chocolate de esta semana). El resultado final es empalagoso pero muy bueno (creo).

 

Ingredientes para la Tarta de castañas y toffee

Base

200 gramos de galletas sin azucar

3 cucharadas soperas de azúcar (o fructosa)

100 gramos de mantequilla

 

Relleno

600 gramos de castañas peladas

3 ó 4 vasos de leche

1 sobre de cuajada

250 mililitros de nata 35% grasa

 

Toffee

175 mililitros de nata 35% grasa

250 gramos de azúcar (o 200 de fructosa)

Medio pocillo de agua

 

Adorno blanco

75 mililitros de nata 35% grasa

60 gramos de chocolate blanco (lo hay sin azúcar)

Para la base de la tarta

  • Machacar las galletas hasta reducirlas a polvillo. Se puede hacer en una bolsa, golpeándola con un mazo.

  • Mezclar con el azúcar (o fructosa) y la mantequilla previamente ablandada (30 segundos en el microondas podrían ser suficientes). Debe tener textura de arena mojada.

  • Forra con esta pasta el fondo y los bordes de un molde con pared desmontable, apretar bien y dejar que esté quince minutos en el horno a fuego fuerte (220º) vigilando que no se queme. Si empieza a humear bajar el fuego. La intención es que se compacte un poco.

 

Para el relleno de castañas

  • Escaldar en agua hirviendo 600 gramos de castañas peladas (la cáscara externa). Ir sacando de pocas en pocas del agua para eliminarles la piel interior. Ésta sale muy bien cuando están calientes y mojadas, pero se vuelve a pegar cuando se secan.

  • Una vez peladas todas, cocer en la leche durante el tiempo necesario para que se ablanden. Muchas se desharán. Si antes de que estén cocidas se ha evaporado la leche ir aumentando según se necesite para que al final estén cubiertas las castañas.

  • Cuando estén cocidas y blandas aplastarlas un poco con un tenedor(opcionalmente se pueden pasar por la batidora, yo no lo hice para encontrar trozos de castaña enteros). Añadir la nata, el sobre de cuajada disuelto en medio vaso de leche y el azúcar (o la fructosa) y dar un buen hervor removiendo todo el rato. Es probable que sin la cuajada el relleno quede igualmente consistente. Yo no me quise arriesgar.

  • Apagar el fuego y verter el contenido en el molde. Dejar enfriar a temperatura ambiente y, cuando ya no esté caliente, meter en la nevera.

 

Hasta aquí se puede hacer el día anterior sin problema. Lo que falta, el toffee y los adornos creo conveniente hacerlos el mismo día.

 

Para el toffee

  • Poner en fuego vivo el azúcar (o fructosa) junto con el medio pocillo de agua. Cuando empiece a burbujear bajar un poco el fuego y remover con una cuchara de madera hasta que empiece a adquirir un tono amarillento.

  • En ese momento añadir la nata caliente (1 minuto en el microondas, por ejemplo) de golpe. Saltará parte del preparado, así que recomiendo hacer esto en el fregadero. Remover constantemente, y llevar nuevamente al fuego hasta que esté perfectamente mezclado y homogéneo y con textura de crema espesa.

  • Verter sobre la tarta aún sin desmoldar, desde el centro, y con cuidado para que se reparta todo. Dejar enfriar.

 

Para el adorno de chocolate blanco.

  • Calentar en un cazo la nata con el chocolate hasta que se deshaga removiendo con una cuchara de madera. Apagar el fuego y dejar que se enfríe un poco para que adquiera consistencia y espese.

  • Llenar un biberón o una manga pastelera o similar (vale una bolsa con una esquina cortada) y adornar la tarta ya desmoldada. Lo que yo he hecho (copiando vilmente la receta de @SandeeA) es una espiral. Luego, con un cuchillo, dibujar radios de dentro a fuera ligeramente curvados. Así lo explicó ella.

 

Y ya está. Empalaga bastante -o más-, pero está muy buena. No la comáis toda junta, que la temporada de castañas aún dura unos meses y no debemos cogerles manía todavía.

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