El enfoque positivo (Fitur 2017)

El enfoque positivo (Fitur 2017)

Tardo más de lo habitual, si se puede, en empezar estas líneas, pues tengo la sensación de que voy a contar lo mismo de siempre sobre Fitur: todo sigue igual. Pero lejos de acomodarme en el veredicto haré un esfuerzo excepcional por buscar brotes en el desierto de la participación de Galicia en Fitur, que los hay, y me dejaré llevar por los signos de optimismo que han podido ver en el resto de la feria.
Alcaldes, concejales, senadores, diputados -de todas las posibles cámaras, foros o agrupaciones en las que se diputa en esta noble tierra - saliendo y entrando a borbotones de la zona reservada en el pabellón nueve para ser besados y reverenciados por los mismos palmeros de todos los años. Presupuestos municipales, mancomunales, comarcales y provinciales que se disuelven en cadencia de treinta minutos, tradicional ya frecuencia de presentaciones durante los días de feria, de sol a sol, sin descanso. Pagados asesores alfombrando de pétalos el paso de sus electos líderes y uniéndose a la claque, camuflada  a veces en forma de miembros de alguna asociación, que adereza cada una de las pausas entre intervención e intervención. GAlicia mantiene su tradición,pues. Han optimizado, eso sí, los veteranos su mensaje y tanto ellos como los nuevos e irreverentes alcaldes de las mareas han relajado su discurso y en vez de tirar los minutos nombrando personalidades han reducido las salutaciones como sintiendo algo de esa vergüenza ajena que flota siempre en el aire.
Tampoco he visto, o no he querido ver, esas personalidades tan necesarias -hay aquí ironía, permítame la licencia- como el Valedor do Pobo que en otras ocasiones honró con su presencia y la de sus asesores de comunicación a los asistentes u otras figuras tangenciales -exagero; la tangente tiene contacto- al turismo y su promoción.
Seguramente no sea todo esto lo peor, sino la incomprensible necesidad de presentar justo estos días, cuando todos los medios de comunicación del sector están bombardeados por cientos de iniciativas, presentaciones, premios, reconocimientos, etc, de alcance mundial muchas de ellas, ese producto singular que probablemente con la mejor intención del mundo y con limitado presupuesto pero infinita ilusión han desarrollado en alguna pequeña comarca o municipio y que se perderá en la sordera de la multitud, cuando presentado casi en cualquier otro momento del año, sin necesidad de viajar a la feria del ruido y las vanidades, tendría mucha más repercusión. Hoy en día, además, cuando basta con contactar con los medios adecuados para tener el eco que merecen muchos de esos productos.
Claro que en muchos casos habría que vencer la resistencia de los políticos, más interesados en la repercusión en medios locales con fines electoralistas que en la promoción más allá de sus fronteras, cuando no directamente el presupuesto de turismo se usa para financiar la prensa generalista que todo el año hará campaña a cambio de esa manutención.
Luego está el otro Fitur, el de las reuniones entre origen y destino, entre vendedor y comprador,entre productos complementarios, dondes los espacios de trabajo y los organismos catalizadores dan sentido a la feria, como concepto de reunión, todos aquí y ahora, en la esfera mundial. Así lo entienden -así lo han entendido desde hace muchos años- los técnicos, los profesionales del sector, y allí donde les dejan trabajar, normalmente,se ven los frutos año tras año de las estrategias a medio plazo, de los productos que se mejoran año a año, etc.


No desesperen pues los que han quedado silenciados en Fitur, pues hay año para todos. Preocúpense -recomiendo- de invertir eficientemente sus presupuestos y no lleven a la próxima feria aquello que puedan presentar en otro momento del año. Los medios especializados (pregunten en Expreso.info, por ejemplo) están deseando contarlo cada día.