Prejuicios (restaurante El de Alberto, A Coruña)
Llevo veinte años en a Coruña y desde el primer día me pareció que el restaurante Bebedeiro estaba sobrevalorado. A pesar de ser uno de los referentes de la cocina local para los bolsillos más contenidos (aún sin ser especialmente barato) y comprobar que constantemente fue considerado por mis amistades como uno de los sitios a tener en cuenta para cada evento gastronómico a celebrar siempre intenté evitar ese local pues, a lo mejor injustamente, se grabó en mi cabeza asociado a sus defectos más acusados.
Mesas amontonadas unas sobre otras sin espacio para pasar, esperas prolongadísimas debido a la saturación de clientes y vocerío infernal y extruendoso tapando cualquier intento de conversación. La cocina, casera durante muchos años y digna, quizá pecaba también de un exceso de calorías muchas veces innecesarias e injustificadas.
El caso es que cuando hace un par de años y por motivos que no vienen a cuento hubo una escisión de aquel proyecto y se abrió -justo al lado- el De Alberto, consideré inconscientemente que se trataba de un local de similares características y no consideré seriamente la idea de ir a probarlo. Y así hasta hace unos días, pertinaz, en que el admirado Carlos Olmo (que juega en otra liga; lo pueden escuchar durante el mes de agosto en Radio Nacional, los fines de semana por las mañanas, sustituyendo a José María Íñigo en su espacio de viajes) me invitó a ir por fin a probarlo. Y me tragué mis prejuicios (que no mis palabras, pues había sido lo suficientemente prudente como para no pregonarlos).
El mesón, según pude escuchar de boca del propio Alberto –y comprobar- nace conociendo los defectos del antiguo Bebedeiro y corrigiéndolos. Primando el espacio, las escasas seis o siete mesas son amplias y cómodas. Tanto es así que está valorando eliminar la mesa central, que para nada crea sensación de agobio, para ayudar a mejorar la experiencia.
Pero creo que el principal acierto de Alberto es dirigir desde la sala el restaurante con pasión (oírle cantar la carta es una gozada) dejando que la cocina esté gobernada por jóvenes cocineros formados en las mejores escuelas y en los mejores restaurantes (Bulli, Casino de Madrid…). Con las referencias de vinos probablemente limitadas –mi osadía no alcanza para hacer un análisis de ella- aunque suficientes para alcanzar los básicos de la zona, incluyendo un albariño de la casa muy resultón por diez euros, se compone una carta muy ajustada de precio y con varios cambios a lo largo del año, cosa imprescindible hoy día para evitar la monotonía y adaptarse a las temporadas. Su precio queda fácilmente por debajo de los 30 euros (bebida aparte) lo que es de agradecer.
Por todas estos motivos, probablemente, se encuentra hoy día en la primera posición de las valoraciones populares en TripAdvisor para la ciudad con más de noventa votos. La segunda posición es para Artabria –mi preferido en A Coruña y desde luego uno de los mejores de este sector de precios asequibles, más allá de los estrellados y futuribles-, lo que da una muestra del éxito de la propuesta.
Sea o no el mejor o el más popular –qué más da- el caso es que gracias a Carlos pude darme cuenta de cuán infundado era ese prejuicio. Y probar sus alcachofas rellenas de salsa holandesa y foie o sus verduritas en tierra de nosequé acompañando al secreto ibérico. Y el chocolate negro en el postre, que un restaurante no es nadie si no lo ofrece en la carta. O eso dice Alberto, que de esto sabe bastante.
Gracias, Alberto, por transmitir pasión.
Restaurante El De Alberto
Calle Angel Rebollo, N0 18 bajo, 15002 A Coruña, España