Si hoy es jueves esto es Tombuctú (calamares a la romana)

Si hoy es jueves esto es Tombuctú (calamares a la romana)

A pesar de este título que recuerda a aquella alocada película de los años sesenta ‘si hoy es martes esto es Bélgica’, pocas cosas tiene en común –estoy por afirmar- el libro que ayer presentó Paco Nadal con aquélla. No me refiero al espíritu viajero, pues no creo que haya muchas personas que viajen tanto y tan seguido como Paco (estoy seguro de que se desnorta con frecuencia en los despertares a reloj cambiado en camas ajenas, a pesar de la costumbre), si no a la manera de contarlo.

Puerto de La Valeta, en Malta

Ese ritmo frenético que acompaña a sus viajes, que comprobamos con envidia infinita –y cochina, como es la envidia de verdad- gracias a las redes sociales no se ve reflejado luego en sus textos; cada lugar parece el único y más importante cuando Paco lo describe en su blog. Sus entradas, siempre a tiempo y oportunas, destilan el humor y detalle del que dedica el tiempo necesario a vivir los momentos y luego a escoger las palabras.

Su nuevo libro ‘Si hoy es jueves esto es Tombuctú’ (y van tres de narrativa) es una selección de los artículos de viajes publicados en su bitácora. Permitirá al lector, pues, hacer un recorrido por el mundo sin más transporte que una vuelta de hoja  y pudiendo decidir sobre la marcha el tiempo que se quiere parar en cada destino a paladear sus placeres.

Éste que escribe, que oyó hablar por primera vez de Tombuctú de la mano de Berlanga y que lo ubica en el mapa a duras penas (por ser benévolo en la descripción), se alegra de que los grandes blogueros y periodistas de viajes (Paco Nadal está en la cima de ambas categorías) nos sigan permitiendo descubrir sensaciones en lugares a los que nunca hemos ido.

Y aquí, en el  Vagón de Cola, mientras acumulamos nuestro propio bagaje a ritmo cansino, machacamos los fogones con la mayor dignidad del mundo hoy con estos calamares a la romana que, no necesitando descripción en forma de receta –no pretendo insultar la inteligencia de aquél que haya llegado hasta aquí- representan la máxima que defiende la calidad de la sencillez. Si quiere usted imitarlos no tiene más que limpiar bien unos calamares frescos (fresquísimos), cortarlos, enharinarlos y, pasándolos por huevo batido, freírlos en abundantísimo aceite caliente. Y que le echen los galgos.

Algún día, con tiempo suficiente para darle categoría a la anécdota aunque no tanto como para los protagonistas la olviden, les contaré cómo fui la primera persona a la que Paco le dio su actual tarjeta personal (preciosa, con un mapamundi personalizado) o cómo estuve presente cuando éste conoció a otro monstruo de la blogosfera: Inés de Mis viajes por ahí.

'Si hoy es jueves, esto es Tombuctú' está editado por El País-Aguilar

 

Submitted by Andrew (no verificado) Sáb, 13/04/2013 - 22:15

¡Qué ricos los calamares en Galicia! Y lo que está también delicioso son las puntillas o no se como se llaman, pero que son calamares pequeños, un día tendrás que hablarnos de ellos y de porque están tan ricos por ahí

Submitted by Manuel Bustabad Lun, 15/04/2013 - 10:27

En respuesta a por Andrew (no verificado)

Gracias, Andrew. 

El secreto de los calamares, y de las puntillas, es un producto muy fresco y un aceite muy caliente.

Gracias por pasarte por el Vagón de Cola.

Manuel Bustabad