El mejor momento para viajar (o Ensalada de alubias pintas con queso San Simón)

O quizá debería decir el peor momento para viajar, qué quieren que les diga. Cómodamente sentado en la bancada del furgón de cola de este tren Expreso que nunca se detiene llega un momento en que se corre el riesgo de dejarse llevar por la pereza. Desde este sofá, y sometido a los rigores del verano que al fin han llegado a Galicia -con más de un mes de retraso- dan ganas de viajar únicamente con la imaginación entre siesta y siesta (y entre comida y comida).

Porque no nos engañemos. Yo soy de los que opinan que cualquier momento es bueno para viajar (el verano con sus días interminables, el otoño con sus gamas de colores, el invierno con sus auroras y sus iluminaciones nocturnas y la primavera con sus flores y sus ríos desbordados -y el Caribe todo el año-). Pero si me preguntan qué momento es el mejor para no viajar tengo clara la respuesta: el mes de agosto.

Primero, que los precios se disparan en casi cualquier destino. Y esto ocurre como consecuencia de que la mayor partet de la gente viaja en este mes y eso encarece los transportes, los hoteles y los restaurantes, además de convertir en irritantes experiencias tan prometedoras como tomar un helado en las Ramblas de Barcelona, conseguir mesa en el restaurante de moda en Niza, o hacer cola para comprar unos Pasteis de Nata en Belem porque hay miles de personas que han tenido la misma idea que tú para sus vacaciones y además han decidido llevarla a cabo en las mismas fechas.

Eso y que, puestos a descansar -no me negarán- no hay nada como el hogar. Viajar permte tener experiencias únicas, conocer otras gentes, otras culturas, lugares remotos o cercanos que amplían siempre nuestras miras y enriquecen nuestra experiencia vital. Pero para descansar lo mejor es tumbarse en el sofá (o en éste Vagón de Cola que viaja enganchado al tren que nunca para y dejarse llevar por el calendario.

Y el mínimo esfuerzo se extiende también a la cocina. El plato perfecto es un plato frío y rápido de cocinar, así que hoy me he aplicado el cuento y he hecho una ensalada de alubias pintas y queso ahumado de San Simón. Algo sencillo y rápido pero con un resultado fantástico.

Ensalada de alubias pintas con queso San Simón

La lista de posibles ingredientes para algo así es infinita. Yo le he puesto:

• Un bote de alubias pintas cocidas. (¿Se podrían cocer ad hoc? No, por dios, estamos en verano)

• 150 gramos de jamón cocido (o pavo braseado, o mortadela siciliana, o …)

• 150 gramos de queso San Simón (o más. Nunca es demasiado el queso San Simón)

• Una cucharada sopera de pimentón agridulce bueno. Yo uso de la Vera

• una cucharadita de café, rasa, de pimentón picante bueno.

• Aceite de oliva virgen Extra

• Un chorrito mínimo de vinagre de Jerez

Pues muy simple y rápida la cosa: se lavan en un escurridor bajo el grifo de agua fría las alubias, y después de escurrir se echan en la ensaladera. Se añade el fiambre picado y se ralla el queso encima. Se espolvorea con los pimentones y se aliña con el aceite y el vinagre. Remover y listo.

El queso rallado cunde más que el queso troceado para las ensaladas. El San Simón no es especialmente adecuado para el rallador cuando lleva poco tiempo empezado, pero si tenemos un trozo con varias semanas se habrá secado lo suficiente como para facilitar su manipulación en este aparato. Y está fantástico.

En esta ocasión no lo hice, pero las ensaladas de legumbre quedan fantásticas con ajo crudo picado -en abundancia, pero siempre descorazonándolos antes para que no repitan- o con jenjibre picado.