ensalada
Camino y lluvia (ensalada de patata y langostino)
Tres días faltan para que este Vagón y sus pasajeros –pocos pero bien avenidos- comiencen lo que épicamente podríamos llamar una odisea pero que no será más que un peregrinaje, sencillo y honesto, al lugar de confluencia de caminantes más importante de Europa y segundo de Galicia tras san Andrés de Teixido (dónde va a parar). Más no quiero hablar ahora de éste para no desprestigiar a ese Jacobo ficticio pero rentable que ha convertido a Compostela en referencia cultural.
Una tarde en Zaragoza (ensalada de tomate y menta en La Republicana)
Una de las escenas que más me impresionaros y engancharon a la ópera cuando empecé a conocerla, más allá de las arias de la Callas (uno es un mitómano, pero eso ya lo sabe usted, lector de este blog), fue este duo de Il Trovatore (Verdi).
Casi toda la acción de esta obra, basada en un drama del escritor Antonio García Gutiérrez, se desarrolla en la torre más emblemática, de planta rectangular, del palacio de la Aljafería (Zaragoza).
El mejor momento para viajar (o Ensalada de alubias pintas con queso San Simón)
O quizá debería decir el peor momento para viajar, qué quieren que les diga. Cómodamente sentado en la bancada del furgón de cola de este tren Expreso que nunca se detiene llega un momento en que se corre el riesgo de dejarse llevar por la pereza. Desde este sofá, y sometido a los rigores del verano que al fin han llegado a Galicia -con más de un mes de retraso- dan ganas de viajar únicamente con la imaginación entre siesta y siesta (y entre comida y comida).