Expresiones que –espero acordarme- nunca usaré en mi blog

No sé si a quien pueda leer esto le pasa lo mismo (haría una encuesta, pero me temo que la muestra no sería significativa), pero cada vez me gustan menos algunas frases hechas. Me ocurre lo mismo con muchos refranes, que por manidos –y algunos por inciertos, alguien tenía que decirlo- oscurecen a veces lo que significan y anulan la capacidad de opinión y raciocinio sobre la materia a tratar. O simplemente son argumento simple para quien no puede –o quiere- construirlo desde cero.

Volviendo a aquéllas -las frases hechas, decía-, hay algunas que me chirrían especialmente. No pretendo con ello reducir el valor de quien las utiliza; simplemente doy fe del asunto por gusto personal.

‘Con la que está cayendo’. Ahora parece que todo hay que pasarlo por ese ojo de aguja y a mí no me apetece. No está cayendo nada. Si no va usted de viaje que sea porque no tiene dinero o porque lo tiene y prefiere gastarlo en otra cosa. O si decide quedarse a comer en casa que sea por ahorrar o por aprender a cocinar, pero no porque no se puede con la que está cayendo, caramba.

‘Un marco incomparable’. No, por dios. No sé a qué se está usted refiriendo, pero oyendo eso parece que está describiendo un escaparate de El Precio Justo. Pensemos un poco y busquemos una expresión alternativa –propongo-, que ésta chirría un poco.

‘Como no podía ser de otra manera’. Mi espina dorsal se retuerce en su corsé de vértebras cada vez que la leo u oigo. No sé decir qué tengo contra esta expresión, quizá la frecuencia con que se utiliza para indicar obligaciones (morales normalmente, tienes que hacer esto…), para indicar subliminalmente qué es lo recomendable y qué no. O quizá no sea esa moralina oculta si no simplemente la excesiva frecuencia con que se encuentra en blogs y bitácoras. Pero la odio (a la expresión, no –necesariamente- a quien la usa).

Hay muchas más. Pero en este instante, minutos después de haber leído una de ellas y cuando ya la bilis de mi estómago se disuelve entre digestiones, mi cerebro vuelve nuevamente a su estado de paz habitual y empiezo a relativizar la importancia de alguna otra que podría estar ya en esta lista. Y como no quiero gastar todas las pastillas hoy –podría volver a necesitar terapia más adelante- lo voy a dejar aquí.