Galicia Yucatán en dos horas (hamburguesa)
Pensar en recorrer la distancia que separa -geográficamente- Galicia del Yucatán en menos de una mañana es tan fascinante como irrealizable. Si así fuese, el que aquí escribe y suscribe encontraría una excusa para dejarse caer todas las semanas por las costas del Caribe y visitar esa interminable lista de ruinas mayas que todavía esperan, cubiertas por la vegetación, a que las descubramos.
Pero el Atlántico sigue siendo una barrera demasiado grande para saltarla con tanta frecuencia. Aún así, las tecnologías actuales nos permiten, por ejemplo, regresar virtualmente a Chichén Itzá, o visitar Uxmal e Izamal en un recorrido por los rastros de las culturas de antes y después de la invasión de los bárbaros europeos (y Expreso mediante) gracias a los libros y a Internet, fuente de inagotable información y de infinitas posibilidades. Nuestra compañera de Expreso, Dolores, nos ayuda a recorrer este viaje esta semana.
Y para los que somos más terrenales (mi señora y yo entre ellos) cualquier comentario o lectura sobre el Caribe nos evoca los excesos culinarios cometidos en las visitas realizadas -y en las por venir, seguramente- a esta tierra prometida a la que cada año nos prometemos volver. Cocina mejicana basada en el maíz -el de verdad-, en la carne de res, los pimientos y el chile, esclaviza nuestras mentes a la vez que nos sirve de subterfugio ante las ganas de comprar el primer billete para Mérida o Cancún.
Así que en uno de esos momentos de debilidad me encontraba el domingo, y me vi obligado a sofocar ese fuego intentando, en poco más de una mañana, experimentar un viaje culinario a ese Méjico caribeño preparando uno de los elementos con los que más hemos disfrutado en alguna de nuestras visitas: una hamburguesa.
Sí, yo también lo leo y lo veo casi absurdo. Una hamburguesa. Esa denostada y despreciada representación de la cocina basura puede ofrecer, sin embargo, una prueba de honestidad gastronómica absoluta si se cocina con los ingredientes apropiados y se usa como materia prima lo que el sentido común nos dice: auténtica carne de vaca de calidad. Estoy seguro de que cualquiera que haya probado al menos una vez un filete de carne picada -de res-, aderezada y macerada en su punto y pasada por la parrilla o por la plancha el tiempo oportuno -tres minutos por cada lado, opino yo- tendrá una opinión parecida a ésta, o al menos dignificará este pequeño objeto culinario más de lo que nos sugieren las cadenas de comida rápida.
El caso es que yo, que no me había decidido todavía a imitarlas, seguí el rastro de algunas preparaciones y finalmente me decidí por una que encontré en el blog Espacio Asterisco. Está en este enlace: http://espacioasterisco.wordpress.com/2011/03/07/las-celebres-hamburguesas-del-chef-gordon-ramsay/
Lo cierto es que me llamó la atención que la receta viniese del deslenguado y laureado chef que alegra mi salón algunas de las noches de los jueves (Pesadilla en la Cocina, canal Nova -en España-), así que me decidí a probarla. Os cuento la receta:
Hamburguesas
Ingredientes para cuatro hermosas hamburguesas
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500 gramos de carne de vaca sin grasa. Admite otras carnes o incluso mezclas, pero la más sabrosa para la hamburguesa es la carne de vaca (o buey, o ternera, o...)
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1 cebolla pequeña. Sugiere Ramsay (o Espacio Asterisco) que sea roja o morada. Yo usé una cebolla normal de la huerta, que para eso están.
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2 cucharadas de kepchup (en la receta original 3)
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2 yemas de huevo.
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1 cucharada de salsa inglesa tipo Sauce (Worcestershire Sauce, por ejemplo, aunque la hay de marca blanca también en Mercadona)
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1 cucharadita (café) de mostaza Dijon
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1/2 cucharadita (café) de pimienta (sugiere una en vez de media la receta original)
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1 cucharadita de sal
Para preparar las hamburguesas, mezclar en un bol la carne con todos los ingredientes. La cebolla, eso sí, picada muy finamente a cuchillo.
Dejar reposar tapado al menos una hora, pero puede ser más. Si se introduce en la nevera, sacar con tiempo para que al prepararla esté a temperatura ambiente.
Dar forma -con las manos- a las hamburguesas, y poner en la plancha o en la parrilla, bien caliente en ambos casos, tres minutos por cada lado. Con ese tiempo están perfectamente hechas y jugosas por dentro. Se pueden dejar un poco más, pero no lo recomiendo.
Es importante no dar la vuelta más que una vez. Es decir tres minutos por un lado, y cuando empiezan a sudar por arriba se les da la vuelta, otros tres minutos y al plato.
Nosotros las acompañamos con un pastel de verdura -del que daré cuenta aquí otro día- y una mayonesa con ajo que hicieron que en algún momento se nos saltasen las lágrimas de emoción.
Os daréis cuenta cuando las hagáis. Ya me contaréis.