Fitur dos mil quince (oportunidad perdida)

Con las piernas todavía cansadas y el sueño sin aligerar confirmo aquí el cumplimiento de mis expectativas más pesimistas en Fitur: todo sigue igual. Galicia, que un año más tiene uno de los recintos más espaciosos y mejor distribuido de toda la feria para facilitar el tránsito de curiosos, las reuniones de profesionales y una de las mejores tascas de la feria (elemento este clave para el éxito en los primeros días, los importantes) junto con la de Noruega (Luca, te queremos).

La primera mentira

No hay momento más desagradable en el año según las costumbres sociales del país en el que vivo que la cabalgata del día cinco de enero. No, no tengo ningún trauma asociado a este evento, vaya esto por delante. Nadie me pisó ni me robó los caramelos en alguna acera mojada por la lluvia. Ni me pasó una rueda de un remolque disfrazado de barco pirata por encima del pie. No es nada de eso. No ha hecho falta.

¿El mejor producto del mundo? (arroz caldoso de mejillones)

Qué afortunado soy, pues vivo en el lugar con el mejor producto del mundo. Por supuesto hablo de todo lo que produce la huerta, no sólo de algunas cosas. Y las carnes, qué carnes. No hay otra igual en ningún lado. Ninguna. ¿Y el mar? Por supuesto las aguas del océano han depositado en nuestras costas los mejores ejemplares de las más significantes especies, dejando las de segunda categoría y demás para el resto de caladeros del mundo. Bueno no, aquellos donde pescan nuestros barcos, por lejos que estén, también tienen los mejores bancos de peces. Por supuesto.

La gallina y el huevo (pasta fresca)

Hace siete años se nos reveló Pepita por primera vez. Salió del anonimato de su gallinero gracias a algún depredador que no fuimos capaces de identificar, quizá un águila o un visón. El caso es que cada noche, a veces cada dos, desaparecía una gallina. Al principio culpábamos a los perros, golosos como nosotros pero con menos pudor, pero el caso es que por más que vigilábamos a éstos la cosa siguió menguando hasta que sólo quedaba una.

He traído Seagrams (receta de gintonic)

Ya no volveré a tener envidia de tus tardes de viernes. No me tentarás más con los dominós de fin de semana, ni con las tardes de fútbol, quiniela y porra con los de siempre. Soportaré con dignidad, por fin, vuestras sobremesas de los miércoles de tarde libre en Corrubedo o las visitas improvisadas al asador cualquier otro día.

Grelos a deshora (Risotto de grelos y nabizas)

Prueba irrefutable de la ausencia en este blog del don de la oportunidad es la entrada de hoy. Di tú que a largo plazo dará igual, y en el corto se espera que sean condescendientes conmigo las cuatro visitas que tendrá. Pero lo cierto es que parece un sinsentido publicar, tras guardar silencio en sus mejores días, un risotto hecho con grelos.

Tierras del Ulla

Son estos inviernos gallegos los mejores momentos, sin duda, para visitar las tierras del Ulla. Y no me refiero a las estoicas cuaresmas de marzo donde las costumbres de aquí y de allá se igualan, si no a los más duros eneros, donde los rigores y el ingenio marcaron la supervivencia y la tradición de cada lugar.

Nos vemos en el Fórum

Por fin ha llegado el Fórum a Coruña. Este domingo se abrirán las puertas del recinto ferial ExpoCoruña y allí se formarán novedosas constelaciones con estrellas venidas de todos los rincones del imperio -de tierras bárbaras también-. Los Roca, Cruz, Camarena, de la Calle o Arzak se unirán a nuestros Olleros, Gallego, Veira o Sotelo para llenar de magia la ciudad.

Frutos secos fritos

La parte importante de esta historia ocurrió hace unos pocos años, quizá tres o cuatro, mientras esquivando Despeñaperros entraba en la ancha Castilla por cerca de Albacete un comienzo de otoño. En algún camino al norte de Murcia los rigores del calor y el hambre nos hicieron parar -no iba solo- en un bar de carretera y pedir unos refrescos. Con ellos el camarero trajo unos cacahuetes fritos. Los cacahuetes fritos.

Enero a su pesar (garbanzos con acelgas)

Tengo una mala noticia para usted: esa dieta que ha empezado hace dos días no llegará a buen puerto. En realidad ya lo sabe pues tras una primera jornada cumpliendo el objetivo a duras penas, trampeando con pan y qué se yo, el segundo día ya se la ha saltado con unos huevos fritos. O con unos macarrones. Qué mas da con qué. Y si no ha sido ya será mañana o el domingo.