Tren a San Patricio (bocadillo de cecina y queso de oveja)
Es bastante literal el título de hoy. Pese a que la imagen que encabeza esta entrada evoque un viaje en barco, lo cierto es que esta travesía a la capital de la vieja Eire comenzó en ese interminable trayecto que une Galicia con el resto del mundo por la vía ancha.
Ya quisiera yo bordear el rebelde Cantábrico en un velero hasta llegar a las islas aquellas, y por el camino poder echar la vista atrás y divisar –es un decir, claro- la costa gallega tal y como está reflejada en el Atlas de Pedro Texeira (el original cuya réplica fotografié data del 1634).
Así me imaginé yo Galicia vista desde Dublín. La realidad, que no siempre es tan placentera como la imaginación, nos hace buscar aquellas tierras a través de Madrid para poder enlazarlas a través de alguna compañía económicamente más asequible sea Ryanair, Air Lingus o la que proceda (Ryanair, de todos modos, abrirá pronto comunicación entre Santiago de Compostela y Dublín).
Y nos embarcamos en un vuelo irlandés pero lleno de españoles que empiezan su particular San Patricio ya en Barajas (o quizás antes en sus casas) poniendo a prueba la paciencia del servicio de a bordo y también de algunos pasajeros perezosos o que han dormido mal, léase éste que aquí teclea al final del día.
Una vez aquí, en víspera de la grande, hemos visto estas calles tintadas ya desde el mediodía de verde y de turistas italianos o españoles o estadounidenses que vienen con energía suficiente como para comenzar ya hoy, día quince, una fiesta que mañana pondrá a prueba su capacidad de resistencia.
Y así es que, releyendo ahora las fotografías tomadas por la tarde –malas todas, pero uno las quiere igual- me he animado a subir al escaparate estas notas.
El bocadillo que subtitula y cierra esta entrada es castellano como la ancha tierra que separa –o une- Galicia del mundo, con su cecina de León y su queso de oveja a medio curar. El pan del integral, como queriendo contrarrestar no sé bien qué.
Está ahí porque es comida de trenes largos; y coincidió con otros muchos que ayer celebraron el día del bocadillo tal y como ese prestigioso diario de viajes que tira del Vagón de Cola (Expreso, claro) publicó ayer con solemnidad.
Mañana será un día duro. Mi primer San Patricio de verdad. A lo mejor se lo cuento sin mucha demora, así que no se alejen mucho.
qué suerte
Qué maravilla vivir el día de San Patricio en Dublín!
Vaya ambientazo, eso sí que es una fiesta :)
Disfrútalo y cuéntanoslo todo
Bicos