Regreso a Viena en el Adviento (Mohnstrudel)

Regreso a Viena en el Adviento (Mohnstrudel)

Independientemente de dónde me encuentre estas fechas, el adviento me recuerda a Viena. Desde que tuve la oportunidad de recorrer sus mercadillos, hormigueros de gentes en el anochecer mientras comparten conversación y vino caliente o interminables caminitos de porcelanas y regalos absurdos y deliciosos, cuando se acerca el mes de diciembre inevitablemente vuelven a mi cabeza las coronas de adviento, con sus cuatro velas que en cada hogar irán encendiendo los cuatro domingos previos a la Navidad, o los niños – y mayores- vieneses esperando a San Nicolás el día 6 con un regalo, o sus villancicos en el Ayuntamiento mientras los niños aprenden a preparar galletas de vainilla que luego guardarán en cajas para las fiestas.

Así que, cuando tuve la oportunidad de apuntarme a esta pequeña aventura del calendario gastronómico de adviento (compartiendo cartel con bitácoras y blogueros admirados, gracias os doy por ello, Manu y Patricia) tuve claro que quería aprovechar la ocasión para acercar nuevamente este Vagón de Cola a aquella Viena señorial, majestuosa y hortera en la que tan a gusto nos hicieron sentir la amabilidad de sus gentes, la espectacularidad de sus calles y el frío profundo de su otoño que obliga a aferrarse más si cabe a cada rincón, a cada mercadillo o pastelería por las que uno transita.

Y aquí estoy, despidiendo a Listz -maestro austríaco o húngaro pero universal en cualquier caso- en su año de bicentenario con Los Preludios y su Orfeo (poemas sinfónicos tres y cuatro) mientras escribo estas líneas e intento aclarar mis notas sobre este Mohnstrudel que aquí presento.

Strudel (remolino) de semillas de amapola, este pan dulce es tradicional de esas tierras bárbaras (Alemania, Austria...) en toda fiesta que se precie incluyendo, por supuesto, estas navideñas que nos ocupan y allí lo probé yo, de imprevisto, que es como más huella dejan estas cosas, desayunando mientras nevaba un día de principios de diciembre. Y mientra mojaba rebanadas en el café vienés me propuse hacerlo algún día. Y aquí estoy, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (y el tren Expreso también, ya saben ustedes) presentando en sociedad en este evento gastronómico de blogs mi primer Mohnstrudel.

Para hacerlo me basé en la receta propuesta por Ibán Yarza en El foro del pan (visítenlo, caramba) y su Makowiec (pan dulce polaco relleno de semillas de amapola) que a la postre resulta ser el mismo perro con distinto collar. Varié los ingredientes lo justo para adaptarlos a mi despensa pero intentando asegurar el éxito en el horneado. El resultado ha sido satisfactorio, si tenemos en cuenta la opinión de los estómagos más cercanos (exigentes aun siendo condescendientes en ocasiones)

Ingredientes para el Mohnstrudel

 

Relleno de semillas de amapola

300 gramos de semillas de amapola
200 gramos de azúcar
2 Claras de huevo
50 gramos de mantequilla
40 gramos de almendra fileteada
50 gramos de pasas moscatel.

 

Para la masa
 

500 gramos de Harina de trigo media
15 gramos de levadura
1 yogur desnatado
2 yemas de huevo
2 huevos
120 gramos de azúcar
100 gramos de mantequilla
Ralladura de limón 1
Sal 5 g

Preparamos el relleno. Para ello, cocemos en agua las semillas durante media hora al menos, las escurrimos bien (con un colador de tela o un paño), las trituramos (en batidora o robot, con paciencia y cuidado de que todas estén troceadas) y las mezclamos con los demás ingredientes del relleno -a excepción de las claras que uniremos en el último momento- en una olla que llevaremos al fuego nuevamente. La tendremos allí unos quince minutos. Apagamos el fuego y dejamos enfriar.

Con el relleno templado o frío (se puede hacer el día anterior) amasamos los ingredientes de la masa hasta conseguir una textura elástica.

Montamos las claras que faltaban del relleno, y las unimos a éste. Así conseguimos un resultado más esponjoso.

Estiramos la masa en un rectángulo y extendemos el relleno sobre ella. Enrollamos como si fuese un brazo de gitano.

Dejamos fermentar una hora y horneamos 45 minutos a 180 grados.

Decoramos con azúcar glass (podemos hacerlo con azúcar normal en el molinillo del café).

Servimos en rodajas, templado o frío. Estará bueno durante varios días, aunque esa misma tarde, con un chocolate caliente, podemos dar cuenta de él.

Admite variaciones en el relleno: frutos secos de todo tipo, más pasas o cremas variadas.

Que tengáis un buen adviento.

Submitted by Bea (Simplemen… (no verificado) Jue, 08/12/2011 - 10:42

Hola Manuel!!
Me parece que te ha quedado fantástico, no conocía esta receta y me ha impresionado sobre todo el relleno, con semillas de amapola? yo que sólo las uso para el pan! No logro adivinar como sabrá, tendré que hacerlo para saberñlo, jeje
Enhorabuena por tu propuesta.
Besos =D

Submitted by Manuel Bustabad Jue, 08/12/2011 - 13:04

En respuesta a por Bea (Simplemen… (no verificado)

Las semillas quedan estupendas en pad dulce siempre que se tenga la paciencia de romperlas todas al triturar (es lo que más trabajo da).

Muchísimas gracias por pasarte por el Vagón de Cola

Manuel Bustabad

 

Submitted by Carmen (no verificado) Jue, 08/12/2011 - 10:53

Impresionante post, Manu. La primera foto me ha encantado. Un ambiente navideño cálido y total. Según he ido leyendo y viendo el resto de las fotos, debo decir que por fin he sentido que se acerca la Navidad.
Y qué decir de la receta... Si hubiese sido posible, hubiera cortado un trozo para probarlo ya! Ese relleno de semillas de amapola me tiene totalmente intrigada. Me copio la receta para probarla en cuanto pueda.
Genial el nivel de este calendario de adviento!!

Submitted by Manuel Bustabad Jue, 08/12/2011 - 13:08

En respuesta a por Carmen (no verificado)

Muchísimas gracias, Carmen

Muchas gracias por pasarte por el Vagón de Cola y por tus palabras. Si viajas al centro de Europa podrás probar estos dulces. Ý si no, puedes hacerlos en casa. ¡Verás qué bueno!

Manuel Bustabad

 

Submitted by Patrix (no verificado) Jue, 08/12/2011 - 12:48

Absolutamente encandilada me he quedado leyéndote.
Me he sentido transportada inmediatamente a una navidad totalmente luminosa y tradicional, en ciudades donde se debe vivir con mucha más pasión todo el conjunto navideño.

Ahora mismo desearía visitar Viena para perderme también en los mercadillos y en el ambiente.
Me ha encantado también la receta, no la conocía, pero desde luego debe estar increíblemente buena.

Un lujo contar contigo para este calendario y por supuesto muchas gracias por acompañarnos en el viaje hacia la navidad.

un besazo !

Submitted by Nancy (no verificado) Jue, 08/12/2011 - 21:23

Qué maravilla de receta, de entrada y de blog!! SIn palabras me he quedado...Todo un lujo para este calendario..enhorabuena y gracias por colaborar! Un saludo.

Submitted by Encar (no verificado) Vie, 09/12/2011 - 10:01

Manuel, me ha encantado tu propuesta. La introducción es estupenda :), y esta receta no creo que se terminen las navidades sin hacerla, hace tiempo que le tengo ganas. A ver si me queda tan bien.. que no sé yo.. :)

Abrazos

Submitted by Sara (comparte… (no verificado) Lun, 12/12/2011 - 13:16

Manu me encanta esta entrada!! Tuve la suerte de estar en Viena hace un par de años y me enamoré de la ciudad, y de esos rincones a los que como bien dices, uno se aferra y ya nunca los olvida. Me apunto la receta para transportarme a Viena éstas navidades!!! Muchas gracias!!!