Viaje al pasado (Arroz con pollo)
Si algún día encuentro una lámpara, y al frotarla un genio -o similar- me ofrece un deseo, seguramente una de las opciones que barajaría sería pedir un viaje al pasado.
Tengo claro que desde este Vagón de Cola, a remolque del tren Expreso, podré visitar decenas de países, pueblos, montañas y lugares que mi cabeza ahora mismo ni siquiera puede imaginar. Y a donde no lo consiga este tren me llevarán los libros. Quedan muchos (siempre quedarán) sitios por visitar, por vivir. Pero no podemos -creo- volver al pasado.
Me surge esta cuestión casi siempre que hago arroz. De hecho fue en mi época de estudiante universitario cuando, acuciados -mi hermano y yo, compañeros de piso- por el bajo presupuesto y por la falta de conocimientos culinarios, acompañados por nuestros primeros libros de cocina ('1080 recetas de cocina', regalo de nuestra docta madre y 'Cocina Galega', regalo de Moncho y Alfonso -Recetas de rechupete-), nos entregamos al cocinado y consumo de los arroces en todas las variantes que se nos ocurrían o que nos atrevíamos. Allí donde otros abusaron de la pasta -o de los congelados-, nosotros insistíamos una y otra vez en la cocción de este preciado cereal.
No me atrevo a decir que nos hayamos convertido en expertos en la materia (mentiría), pero sí que logramos con bastante dignidad distinguir entre el trato y uso que se merece cada uno de los distintos tipos de grano que en aquella época estaban a nuestro alcance.
Y aquí tenemos una de las opciones más simples, y seguramente más honestas que se pueden preparar con esta semilla: arroz con pollo. Y con tomate, en este caso.
Pollo con tomate y arroz para seis personas.
1 pollo separado de la carcasa y troceado
6 tomates maduros
3 vasos de arroz
Media botella de vino Ribeiro (o Albariño, o verdejo de Rueda, o Cava....)
1 cebolla
3 ajos
Estragón
Sal y pimienta
Aceite de oliva
Enharinar los trozos de pollo y dorarlos en una sartén con abundante aceite. Reservar el pollo y retirar casi todo el aceite.
Picar la cebolla y el ajo, y pochar con un poco del aceite en la misma sartén a fuego medio-bajo hasta que estén transparentes.
Añadir el pollo y, a continuación, los tomates pelados y troceados. Rehogar unos minutos.
Añadir la media botella de vino, y dejar hervir a fuego medio hasta que pierda el alcohol. Remover con una cuchara de madera -y con cuidado- para que no se pegue nada al fondo.
Añadir media cucharadita de estragón y 7 vasos de caldo de pollo -hecho previamente con una cebolla, una zanahoria y la carcasa del pollo durante media hora con abundante agua- y dejar hervir, con el fuego bajo, durante unos 30 minutos.
Añadir el arroz, y dejar 20-25 minutos más. Rectificar de sal. Si se queda muy seco añadir caldo caliente. Debe quedar caldoso en el momento de apagar el fuego. Tapar y dejar reposar unos minutos.
A la mesa con la otra media botella de vino en las copas.