Arroz con glamour (arroz cremoso de chorizo)
Hay blogs que juegan en liga de campeones, otros en competiciones nacionales o regionales y los hay que parecen partidos de solteros contra casados. Intentando ascender este Vagón de Cola entre las distintas divisiones a veces uno se plantea publicar contenido que eleven el caché de la bitácora. Que si ingredientes caros, que si aquella técnica aprendida en no sé qué viaje o en aquel otro blog, todo es poco para mejorar la calidad del asunto.
Pero no es fácil. Empieza uno, pese a que odia el término, planteándose un risotto con jamón ibérico y setas de nombre impronunciable y poco a poco, según pasa la semana, se va degradando la cosa hasta llegar al plato que hoy se publica.
El caso es que estaba yo el domingo reuniendo los ingredientes cuando, justo al lado del jamón –de Guijuelo, altivo, señorial- unos chorizos –curados, ahumados, lucenses- me llevaron a la perdición. Mi mano se fue inconscientemente a ellos y cuando me di cuenta estaba cambiando un risotto con jamón, setas y parmesano por un arroz con chorizo y setas. Pero cremoso, eso sí, que no se diga que el chorizo convierte todos los platos en rudos.
Ingredientes para el Arroz cremoso de chorizo
- Un chorizo bien curado
- 300 gramos de arroz redondo (o bomba)
- Una cebolla
- Dos ajos
- 200 gramos de setas (en mi caso unas Shii Take. No es esnobismo, es que tenía un bote)
- Aceite de oliva
- Aproximadamente 1 litro de caldo de carne (o agua)
- 100 ml de nata.
Cortamos la cebolla finamente y la pochamos en una arrocera o sartén grande con un chorro generoso de aceite de oliva a fuego medio evitando que se tueste. Cuando empieza soltar vapor de agua incorporamos los ajos picados.
Cuando la cebolla esté transparente unimos el chorizo bien picado (lo cortamos longitudinalmente por la mitad, cada mitad en cuatro tiras y luego cada tira en trozos de pocos milímetros). Lo dejamos un minuto removiendo y añadimos las setas troceadas. Removemos un par de minutos.
Añadimos el arroz sin dejar de remover y cuando se integre añadimos un par de cazadas (más o menos) de caldo caliente (lo podemos tener en una olla hirviendo al lado). Removemos cada poco con una cuchara de madera con el fuego bajo –pero suficiente para que hierva- y vamos incorporando el caldo según el arroz lo vaya absorbiendo hasta completar 18 minutos.
En este momento añadimos un chorro de nata (unos 100 ml) y removemos con el fuego bajo durante dos minutos más.
Apagamos el fuego y tapamos un par de minutos.
Un solo chorizo fue suficiente para perfumar toda la cocina. Su fantástica carne de lomo, su ahumado y su pimentón de calidad fueron el mejor ingrediente para este arroz –cremoso gracias a la nata- glamuroso como ya quisieran muchos platos.
Así que aquí seguimos con nuestro ‘solteros contra casados’ particular. Y encantados que estamos.