salado

Año nuevo a contrapelo (caldo de berzas o caldo gallego)

 

Aunque probablemente no lo vais a reconocer, apenas han llegado las fechas más señaladas de las navidades y empezáis a estar hastiados de luces, villancicos, compras y comida. Los turrones y polvorones os han recordado ya por qué todos los años necesitamos once meses de barbecho en su consumo y las peladillas empiezan a pegarse unas a otras en las mismas bandejas en las que terminarán el año.

Fin del otoño (Arroz con níscalos y cogordos)

Parece que ahora sí llega el invierno. Algunos días ha habido ya con temperaturas nada amigables pero esta noche, con su helada y sus bajas temperaturas, ha rematado toda esperanza de estirar un poco más la temporada de setas.

Así que habrá que resignarse a que este arroz con níscalos y cogordos haya sido el último plato de hongos del año, al menos en cuanto a recolección casera se refiere. Quedará aquí plasmado, en el Vagón de Cola, mientras en la cabeza de convoy de Expreso investigan detalladamente cómo compatibilizar este diciembre con las playas de Lanzarote. Siempre nos repartimos el trabajo.

 

Resaca de Valladolid (sopa de fideos)

Como casi siempre llego tarde. Cuando ya ha pasado una semana y otras ferias y otros eventos han borrado a Intur de nuestras pantallas me da a mí por publicar mi crónica. No tenía pensado hacerlo, entre otras cosas porque cualquiera que haya ojeado Expreso durante los días que ha durado la feria estará perfectamente informado de lo que allí pasó.

Tren con destino Intur (fabada asturiana)

Por fin arranca Intur. Un año más, y ya van 15, abre hoy sus puertas esta feria ya consolidada que convierte a Valladolid en la capital mundial del Turismo de Interior. Y allá nos vamos, montados en el Vagón de Cola del tren Expreso a esta ciudad con el fin de enriquecernos una vez más con la experiencia de un evento así.

Galicia Yucatán en dos horas (hamburguesa)

Pensar en recorrer la distancia que separa -geográficamente- Galicia del Yucatán en menos de una mañana es tan fascinante como irrealizable. Si así fuese, el que aquí escribe y suscribe encontraría una excusa para dejarse caer todas las semanas por las costas del Caribe y visitar esa interminable lista de ruinas mayas que todavía esperan, cubiertas por la vegetación, a que las descubramos.

El mejor momento para viajar (o Ensalada de alubias pintas con queso San Simón)

O quizá debería decir el peor momento para viajar, qué quieren que les diga. Cómodamente sentado en la bancada del furgón de cola de este tren Expreso que nunca se detiene llega un momento en que se corre el riesgo de dejarse llevar por la pereza. Desde este sofá, y sometido a los rigores del verano que al fin han llegado a Galicia -con más de un mes de retraso- dan ganas de viajar únicamente con la imaginación entre siesta y siesta (y entre comida y comida).

Purrusalda

O porrusalda, vaya. Al gusto. Me ha llamado siempre la atención este plato del norte por su aparente falta de contundencia, de cuerpo. Un caldo vegetal, nada menos. Pero luego lo pruebas y siempre te sorprende. Siempre es más de lo que te esperas de esos puerros y esa patata apenas cocidas. Porque no debe haber lugar a engaño: la purrusalda no es un plato de segunda categoría, si no que debe estar en el mismo altar que las sopas de cocido o el caldo gallego.

 

Mejillones en escabeche

De entrada debo decir que nunca he sido mucho de escabeches. Al menos antes no valoraba este modo de preparación, basado en la conservación de los alimentos en vinagre. Pero cada vez me doy más cuenta de que este cocinado, originario -parece ser- de los árabes le queda fantásticamente bien a muchos productos del mar y del campo, principalmente pescados y carnes. Y en el caso que me ocupa hoy -además- el resultado es uno de los elementos más llamativos estéticamente que se pueden conseguir con tan poca elaboración: mejillones en escabeche.

No me digan que no es fantástico ese color naranja fuerte, producto de la carne tan honesta del mejillón y ese brillo que le aporta el aceite y el resto de componentes del marinado.