Fin del otoño (Arroz con níscalos y cogordos)

Fin del otoño (Arroz con níscalos y cogordos)

Parece que ahora sí llega el invierno. Algunos días ha habido ya con temperaturas nada amigables pero esta noche, con su helada y sus bajas temperaturas, ha rematado toda esperanza de estirar un poco más la temporada de setas.

Así que habrá que resignarse a que este arroz con níscalos y cogordos haya sido el último plato de hongos del año, al menos en cuanto a recolección casera se refiere. Quedará aquí plasmado, en el Vagón de Cola, mientras en la cabeza de convoy de Expreso investigan detalladamente cómo compatibilizar este diciembre con las playas de Lanzarote. Siempre nos repartimos el trabajo.

 

Ingredientes para este Arroz con Níscalos y cogordos.

450 gramos de níscalos (ya limpios)

100 gramos de cogordos (macrolepiota procera)

Medio vaso de aceite de oliva.

Medio vaso de Moscato Blanco

Medio vaso de cava seco

1 cebolla

3 ajos

1 rama de perejil

1 cucharadita de pimentón agridulce

1 vaso de agua (y otro dos después con el arroz) o de caldo de carne.

1 vaso y medio de arroz redondo

Las cantidades de setas pueden variar. Afortunado el que consiga níscalos tan perfectos que no tenga que desechar nada. Estos que me pasaron, aún estando bastante bien, pasaron de 700 gramos a 450 tras eliminar partes sospechosas.

No os creéis una falsa imagen de mí. Los dos medios vasos fueron para terminar restos. Un vaso de vino blanco sería un perfecto sustituto, aunque los vinos dulces le dan un toque estupendo al asunto.

Doramos la cebolla troceada y el ajo a fuego medio en abundante aceite.

Tras unos minutos, con la cebolla transparente, añadimos las setas troceadas y rehogamos a fuego fuerte sin dejar de remover con utensilio de madera. Cuando estén brillantes y sueltas, añadimos los vinos, una rama de perejil picada y el pimentón, y seguimos removiendo un par de minutos hasta que pierda el alcohol.

Añadimos agua hasta que cubra (1 vaso o lo que sea necesario) y dejamos cocinar a fuego bajo (chup chup, ya saben) media hora tapado.

Pasado ese tiempo podemos dejar enfriar, envasar y utilizar en fecha posterior, o directamente terminar el plato. El cocinado del arroz, eso sí, debe hacerse lo más cerca posible del momento de su consumo y disfrute.

Añadimos el arroz al mejunje y removemos para que nos se pegue con el fuego durante un par de minutos. Añadimos el agua -o caldo- restante (si es en caliente mejor) y dejamos que se haga a fuego bajo y sin tapar ni remover unos dieciocho minutos (tiene que estar todavía algo caldoso) aumentando agua o caldo si se seca antes.

Apagar el fuego, tapar y dejar reposar un par de minutos.

Consumir inmediatamente.

 

Submitted by SandeeA (no verificado) Vie, 23/12/2011 - 17:48

aunque con arroces como este, seguro que es muy feliz. Ya sé que esta semana no te he dado las gracias, pero es que quería dártelas en tu casa de una manera especial, por estar siempre ahí animando, apoyando divirtiendo, y sobre todo aguantando al akelarre :P

Un beso Manuel, que pases unas felices fiestas, y ojalá que el año que viene te trate tan bien como te mereces! Un beso :)

Submitted by Manuel Bustabad Vie, 23/12/2011 - 19:59

En respuesta a por SandeeA (no verificado)

¡Muchas gracias! Tus comentarios siempre hacen especial ilusión, ya lo sabes.

No espero nada del año próximo, si no que me lo voy a comer a bocados. Está decidido :-)

Manuel Bustabad

 

 

Submitted by Fentdetutto (no verificado) Lun, 02/04/2012 - 13:12

En respuesta a por Manuel Bustabad

Lo mejor de los níscalos o rovellons como les llamamos en Valencia es ir a buscarlos. Para mi se convierte en una auténtica adicción y el día que voy con un amigo por el monte encontrándolos, puedo estar desde las 7 de la mañana hasta que la luz comienza a dejar de mostrarnos el camino hacia ellos.
No hay nada más satisfactorio que comerse un plato de arroz con este tipo de setas. Sé que las hay mejores, pero para mi son todo un ritual. Es un día de fiesta en el que llego a casa con 6 o 7 kg y me vienen tantas recetas para hacer con ellas que a veces no sé por donde empezar.
El mundo de la micología es precioso y aquí en Valencia tenemos que irnos a las pequeñas montañas del interior para buscarlas. Pero todo el esfuerzo, los arañazos, las torceduras, bien merecen la pena.
Ya queda menos para la nueva temporada, medio añito. Lo que hay que hacer es desear que llueva durante finales del verano por que si no, es difícil encontrarlos en cantidad.
Un abrazo.

Submitted by Manuel Bustabad Lun, 02/04/2012 - 14:57

En respuesta a por Fentdetutto (no verificado)

Coincidimos en criterio en relación a los níscalos. Sin ser yo ningún experto (todo lo contrario realmente) son las setas con las que más disfruto. Por tradición famililar seguramente.

Me ha hecho mucha ilusión que te pases por aquí. Vuelve cuando quieras.

 

Manuel Bustabad