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Tren con destino Intur (fabada asturiana)

Por fin arranca Intur. Un año más, y ya van 15, abre hoy sus puertas esta feria ya consolidada que convierte a Valladolid en la capital mundial del Turismo de Interior. Y allá nos vamos, montados en el Vagón de Cola del tren Expreso a esta ciudad con el fin de enriquecernos una vez más con la experiencia de un evento así.

Además, este año se nos brinda la oportunidad de participar en una mesa redonda de blogueros de viaje que se celebrará el viernes a las 17:00 en el marco de la feria, compartida con grandes profesionales de los viajes y el turismo. Desde luego será una fantástica experiencia que se podrá seguir por streaming en la plataforma http://www.inturesvida.com o en twitter con la etiqueta #inturbloggers.

Pero Valladolid también supone regresar por unos días al corazón de Expreso y reencontrarse con los compañeros que cada día, trescientos sesenta y cinco veces al año -una más los bisiestos- nos entregan el boletín puntual para, con el segundo café del día, disponer de las noticias frescas cuando casi se están produciendo. Y como además son los mismos que me han abierto un hueco en éste el último vagón del convoy con libertad suficiente para vestirlo de esta guisa, me ha parecido necesario compensarles hoy con un regalo: una fabada asturiana.

Ciertamente habría que revisar la idoneidad del gentilicio, al menos a tenor de los ingredientes, casi todos gallegos o castellanos procedentes del entorno geográfico que separa Coruña de Valladolid, como si los fuésemos recogiendo por el camino. Así, dedicamos al potaje un quilo de las mejores habas de Puebla de Sanabria (alubias que dirá usted si es muy de la meseta, fabas si es de por aquí) que más que habas son habones que ganaron por puntos a la carne en el larguísimo asalto de la cocción (seguían enteras, como es su deber, tras cuatro horas de fuego lento). Los manuales dicen que deberían usarse habas verdinas, finas, rectas y cremosas, pero soy de la opinión de que unas buenas alubias siempre son una buena opción si nos a justamos a su tiempo de cocción. Chorizos de Manzaneda, de lo mejor que hay, morcillas de León junto con la panceta, a excepción de un trozo de cerdo asturcelta, carne por descubrir que promete estar a la altura de muchos puercos extremeños.

En los altavoces Manuel de Falla y su Sombrero de Tres Picos, pues hoy es un día carreteras interiores y de descubrir rincones cercanos.

Ingredientes de la Fabada asturiana para seis personas.

  • 1 quilo de habas (fabes, alubias,...) Que sean buenas. Las de hoy de Puebla de Sanabia.

  • 4 chorizos

  • 3 morcillas ahumadas.

  • 600 gramos de panceta de cerdo de buena calidad.

  • 1 hueso de caña de jamón (si se tiene)

  • Una punta de jamón rancio.

  • Una cebolla

  • Una cabeza de ajos

 

El día anterior lavar y poner a remojo en agua abundante las habas. Hacer lo mismo en una olla independiente con la panceta, el jamón y el hueso de caña. Si la panceta no está desalada lavarla muy bien para quitarle toda la sal exterior que se pueda. Estos remojos es suficiente con que duren unas 12 horas.

Poner en una olla grande (la más grande) la panceta, el jamón y el hueso, encima los chorizos y las morcillas (bien lavados bajo abundante agua) la cabeza de ajos entera y la cebolla pelada y cortada en dos trozos. Encima colocar las habas y cubrir con agua fría (un dedo o dos por encima del nivel de las habas, no más)

Llevar al fuego, fuerte al principio hasta conseguir que hierva, e ir espumando según se vaya creando una capa en la superficie. Ocurrirá los cinco minutos anteriores al hervor y los diez siguientes aproximadamente.

En el momento en que hierva bajar el fuego al mínimo y dejar cocer hasta que las habas estén blandas (pero enteras). Si son verdinas unas 2,5 horas. A las habas de Sanabria les llevó 3,5 horas. A las 3 horas, eso sí, es conveniente retirar la carne a una bandeja para que no se deshaga.

Cuando las habas estén ya blandas retiramos con cuidado del pote el hueso, la cabeza de ajos y la cebolla.

Ahora vamos a engordar el caldo. Ponemos en el vaso de la batidora media cebolla (o lo que hayamos podido pescar de ella), una punta de morcilla (como un tercio o menos) y un contenido de un cucharón de la fabada (habas y caldo) y lo batimos hasta obtener una salsa espesa y sin grumos. Se la añadimos de nuevo a la fabada, y dejamos que se cueza media hora más.

Apagamos el fuego, y retiramos a una bandeja las carnes, la morcilla y los chorizos.

Presentamos la carne en bandeja, y la fabada en plato sopero, con cuchara cuchillo y tenedor.

Allá nos vamos con ella a la capital del reino vecino (disculpen la licencia). Que tengáis un buen Intur. O mejor, que allí nos veamos.

 

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